Miguel Angel Vivas, director de «Secuestrados», nos habla de su película, los temas que se tratan en ella, el estilo visual y cómo está siendo el inicio del rodaje:

«El inicio de rodaje ha sido caótico, pero como cualquier inicio rodaje. Más en esta película que estamos planteando algo diferente, para bien o para mal, tanto en el estilo como en la forma de hacer la película.

Hasta ahora estoy tranquilo porque los dos primeros días de rodaje son los dos más sencillos entre comillas, ya que pese a que son dos días de planos muy complejos, son también los de presentación de la familia en los que nos los encontramos en unas condiciones de vida «favorables». A partir de mañana empieza el caos tanto para la familia como para el equipo  de rodaje.

El tema de esta película es el terror, el miedo absoluto y la violencia que lo genera. Normalmente en una película contamos una historia; mi idea en ésta es no tanto contar una historia sino mostrar unos acontecimientos. En ese sentido intento desnudar tanto el guión como la propia situación parta entrar en la verdad de esa violencia. No quiero decirle al espectador qué tiene que sentir en cada momento.

La forma en que estamos haciendo la película nos ayuda a enseñar una situación extrema pero desgraciadamente real y actual. Lo que me interesa en esta historia es la ausencia de espectáculo, prescindiendo de la música, el montaje cinematográfico y de otros elementos como efectos de sonido que no hacen otra cosa que subrayar o remarcar los momentos emotivos, terroríficos, dramáticos, etc.

Lo más difícil de este rodaje  es conseguir la fisicidad de la historia, que lo que ocurra en plano ocurra de verdad; en este sentido los actores están trabajando desde el corazón y no desde el cerebro, ya que hay muchos momentos que podemos intelectualizarlos, pero a la hora de rodar sólo les queda el sentir y reaccionar ante todo lo que les va ocurriendo, que no va a ser poco. De esta forma es muy difícil que haya dos tomas iguales, lo cual me encanta ya que en cada toma, a parte de los cien problemas de turno, tendremos otros cientos aciertos que no esperábamos. Siempre les pido a los actores que se guarden algo en los ensayos para que puedan sorprenderme en el rodaje.

La película transcurre en unas pocas horas de una noche. Vamos a jugar mucho con los claroscuros. Es una película muy contrastada en la que los puntos de luces reales de la casa nos van a servir para crear la atmósfera y el estilo de la película. Tonos muy cálidos para los fondos y muy fríos para los personajes.»

A la derecha de la primera imagen, Miguel Ángel Vivas en un momento del rodaje. En la segunda imagen, de izquierda a derecha, Fernando Cayo, Ana Wagener y Miguel Ángel Vivas.